Lo queremos todo hecho, fijese usted. Parece mentira que yo, uno de los sujetos más vagos del planeta Tierra diga esto, pero es que es verdad. Queremos que la tele, las radios y los periódicos nos sugieran lo que hemos de leer, ver, escuchar. Yo, que no soy un conspiranoico que ve dobles intenciones en todos los lados, llego a esta conclusión con relativa facilidad, pese a no ser lo que comúnmente se dice, muy espabilao. La gente está deseosa de ver cual es el número uno de los 40 o que grupo es los más moderno según el Tentaciones (desde hoy EP3), para ir a continuación a bajárselo con el Emule o comprarlo al subsahariano más cercano, o ir al Corte Inglés si es para un regalo. Con los libros y películas igual. ¿Por qué? Pues porque es más fácil no tener que pensar. ¿Para qué? En este mundo moderno en que los hobbies son obligatorios, pero en el fondo a nadie le gusta nada, los lugares comunes dan un sevicio muy vistoso. Te acercan lo que los que venden quieren vender, y a ti, como te da igual ocho que ochenta pues te pillas lo que tienes más a mano. O sea, Alejandro Sanz o ya en cachondeo, las Supremas de Móstoles
Ay! y así sucesivamente
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